lunes, 21 de mayo de 2012

EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL


EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL

Artículo 14.- Contenido del proyecto educativo institucional.

Todo establecimiento educativo debe elaborar y poner en práctica, con la participación de la comunidad educativa, un proyecto educativo institucional que exprese la forma como se ha decidido alcanzar los fines de la educación definidos por la ley, teniendo en cuenta las condiciones sociales, económicas y culturales de su medio.

Para lograr la formación integral de los educandos, debe contener por lo menos los siguientes aspectos:

1. Los principios y fundamentos que orientan la acción de la comunidad educativa en la institución.

2. El análisis de la situación institucional que permita la identificación de problemas y sus orígenes.

3. Los objetivos generales del proyecto.

4. La estrategia pedagógica que guía las labores de formación de los educandos.

5. La organización de los planes de estudio y la definición de los criterios para la evaluación del rendimiento del educando.

6. Las acciones pedagógicas relacionadas con la educación para el ejercicio de la democracia, para la educación sexual, para el uso del tiempo libre, para el aprovechamiento y conservación del ambiente y, en general, para los valores humanos.

7. El reglamento o manual de convivencia y el reglamento para docentes.

8. Los órganos, funciones y forma de integración del Gobierno Escolar.

9. El sistema de matrículas y pensiones que incluya la definición de los pagos que corresponda hacer a los usuarios del servicio y, en el caso de los establecimientos privados, el contrato de renovación de matrícula.

10. Los procedimientos para relacionarse con otras organizaciones sociales, tales como los medios de comunicación masiva, las agremiaciones, los sindicatos y las instituciones comunitarias

11. La evaluación de los recursos humanos, físicos, económicos y tecnológicos disponibles y previstos para el futuro con el fin de realizar el proyecto.

12. Las estrategias para articular la institución educativa con las expresiones culturales locales y regionales.

13. Los criterios de organización administrativa y de evaluación de la gestión.

14. Los programas educativos de carácter no formal e informal que ofrezca el establecimiento, en desarrollo de los objetivos generales de la institución.

Decreto que reglamenta la Ley General de Educación, Colombia, 1994. p. 196.

EL DIRECTOR COMO GESTOR DE APRENDIZAJES ESCOLARES Pilar Pozner de Weinberg

FUNCIONES DE LA ESCUELA

FUNCIONES DE LA ESCUELA 


• Producción de capacidades y gestión de recursos humanos enseñanza, educación, socialización, integración, educación cívica 

• Organización del trabajo y gestión de las personas gestión del tiempo y del espacio formación y valoración de los recursos gestión del personal circulación de la información y comunicación interna 

• Gestión y organización de los medios de organización del local gestión financiera material, agrupamiento, creación de medios, medios pedagógicos, de documentación medios externos 

• Gestión del encuadre de vida escolar acceso, hospedaje, comidas, clubes actividades semiescolares y paraescolares seguridad 

• Desarrollo y relaciones exterioresprospectiva producción de objetivos relación con el entorno imagen comunicación externa gestión y animación de instancias exteriores 

• Evaluación y Control evaluación interna de los alumnos resultados de los exámenes seguimiento post-establecimiento evaluación de los dispositivos pedagógicos 

• Management control y animación de las funciones anteriores 

EL DIRECTOR COMO GESTOR DE APRENDIZAJES ESCOLARES. Pilar Pozner de Weinberg

¿QUIÉN DIJO QUE APRENDER ERA ABURRIDO?


A P R E N D E R   J U G A N D O






jueves, 17 de mayo de 2012

La emergencia educativa que ha detectado el Papa Benedicto XVI

En nuestras universidades y escuelas ¿es “tangible” la fe?
La emergencia educativa que ha detectado el Papa Benedicto XVI.

En nuestras universidades y escuelas ¿es “tangible” la fe?Benedicto XVI nos está pidiendo insistentemente que reaccionamos ante lo que él considera como una verdadera “emergencia educativa”. Ante la 58º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana, el Papa recalcó en su discurso que la causa de la "fuertemente advertida emergencia educativa" es "un relativismo penetrante y no raramente agresivo" que marca la sociedad y la cultura. 

El 17 de abril, en su encuentro con los educadores católicos norteamericanos, el Santo Padre, consciente de los peligros que acarrea la creciente secularización, nos había emplazado a combatir sin complejos el relativismo :“la ideología secularista introduce una cuña entre verdad y fe. Esta división ha llevado a la tendencia de equiparar verdad y conocimiento y a adoptar una mentalidad positivista que, rechazando la metafísica, niega los fundamentos de la fe y rechaza la necesidad de una visión moral”. 

El 21 de enero de 2008, Benedicto XVI escribía una Carta a la Diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación en la que manifestaba su preocupación ante esta calamitosa situación: “no podemos menos que interesarnos por la formación de las nuevas generaciones, por su capacidad de orientarse en la vida y de discernir el bien del mal, y por su salud, no sólo física sino también moral”. “Es especialmente inquietante – nos advierte Benedicto XVI – la reducción de la preciosa y delicada área de la educación sexual a la gestión del “riesgo”, sin referencia alguna a la belleza del amor conyugal”. 

Para el Papa nuestras escuelas “han de ser lugares en los que se reconoce la presencia activa de Dios en los asuntos humanos”. Y para ello, en la citada Carta a la Diócesis de Roma, Benedicto XVI resalta “algunas exigencias comunes de una educación auténtica”: 

1) Una escuela católica debe educar con amor. La auténtica educación católica, “ante todo, necesita la cercanía y la confianza que nacen del amor”. "Obviamente son sobre todo importantes las relaciones personales y especialmente la confesión sacramental y la dirección espiritual", subrayaba, en este sentido, el Papa ante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana el pasado mes de mayo. 

2) La escuela católica debe trabajar para que los niños y jóvenes descubran la verdad:“sobre todo la verdad que puede guiar la vida”. 

3) La escuela católica debe ser exigente y forjar la voluntad y el espíritu de sacrificio de los alumnos. Debemos enseñar a los jóvenes – señala Benedicto XVI – que “el sufrimiento forma parte de la verdad de nuestra vida. Por eso, al tratar de proteger a los más jóvenes de cualquier dificultad y experiencia de dolor, corremos el riesgo de formar, a pesar de nuestras buenas intenciones, personas frágiles y poco generosas, pues la capacidad de amar corresponde a la capacidad de sufrir, y de sufrir juntos”. 

4) El Papa considera que el punto quizá más delicado de la obra educativa es “encontrar el equilibrio adecuado entre libertad y disciplina. Sin reglas de comportamiento y de vida, aplicadas día a día también en las cosas pequeñas, no se forma el carácter y no se prepara para afrontar las pruebas que no faltarán en el futuro. Pero la relación educativa es ante todo encuentro de dos libertades, y la educación bien lograda es una formación para el uso correcto de la libertad”. Para lograr este delicado equilibrio, el Santo Padre considera imprescindible que los profesores ejerzan la autoridad, “fruto de su experiencia y de su competencia”; autoridad que ellos mismos deben ganarse “sobre todo con la coherencia de la propia vida y con su implicación personal, expresión del amor verdadero. Por consiguiente, el educador es un testigo de la verdad y del bien” . 

5) El Santo Padre considera que una auténtica educación debe enseñar el valor de la responsabilidad, tan íntimamente unida al ejercicio de la libertad: “La responsabilidad es, en primer lugar, personal; pero hay también una responsabilidad que compartimos juntos, como ciudadanos de una misma ciudad y de una misma nación, como miembros de la familia humana y, si somos creyentes, como hijos de un único Dios y miembros de la Iglesia”. 

6) Por último, la escuela católica debe saber transmitir a sus alumnos la esperanza cristiana: “Sólo una esperanza fiable puede ser el alma de la educación, como de toda la vida. Hoy nuestra esperanza se ve acechada desde muchas partes, y también nosotros, como los antiguos paganos, corremos el riesgo de convertirnos en hombres "sin esperanza y sin Dios en este mundo", como escribió el apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso (Ef 2, 12). Precisamente de aquí nace la dificultad tal vez más profunda para una verdadera obra educativa, pues en la raíz de la crisis de la educación hay una crisis de confianza en la vida”. 

En el discurso ante los educadores católicos norteamericanos, Su Santidad recordaba lo que debe ser una verdadera escuela católica: “ cada institución educativa católica es un lugar para encontrar a Dios vivo” . Y en ese discurso el Papa nos lanzaba una serie de cuestiones que deben resonar en nosotros a la hora de dilucidar la autenticidad de la identidad católica de nuestras escuelas: “¿Creemos realmente que sólo en el misterio del Verbo encarnado se esclarece verdaderamente el misterio del hombre (cf. Gaudium et spes, 22)? ¿Estamos realmente dispuestos a confiar todo nuestro yo, inteligencia y voluntad, mente y corazón, a Dios? ¿Aceptamos la verdad que Cristo revela? En nuestras universidades y escuelas ¿es “tangible” la fe? ¿Se expresa fervientemente en la liturgia, en los sacramentos, por medio de la oración, los actos de caridad, la solicitud por la justicia y el respeto por la creación de Dios? Solamente de este modo damos realmente testimonio sobre el sentido de quiénes somos y de lo que sostenemos”.

El propio Papa nos impulsa y nos guía con su autoridad y magisterio para abordar esta inaplazable labor.

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jueves, 10 de mayo de 2012

EDUCACIÓN Y PROYECTO DE VIDA


Educación y Proyecto de Vida

Equipo Episcopal de Educación Católica Oficina del Libro C.E.A.
24 - julio - 1985

Destinatarios del documento

La educación no constituye para la Iglesia una tarea de proselitismo ni un beneficio reservado a la promoción de sus fieles. La misión de educar la asume como preocupación y responsabilidad de servicio prioritario para todos los hombres y para todo el hombre.

Por cierto y con mayor énfasis corresponde tener en cuenta a los padres de familia como "primeros y principales educadores de sus hijos" (GE. 3; DIM. 1 c). "La familia es la primera escuela de las virtudes sociales que todas las sociedades necesitan" (GE. 3).

Por otra parte, el tema obliga a dialogar específicamente con los profesionales de la educación: investigadores, directivos, psicopedagogos, maestros y profesores, a quienes compete sin duda una revisión de la tarea frente a la variedad de los nuevos planteos y requerimientos de nuestra situación.

No menor responsabilidad educativa tienen de hecho, los agentes de los medios de comunicación social, a quienes entendemos dirigirnos encarecidamente por su mayor gravitación en el clima cultural del pueblo y, sobre todo, por su influencia plasmadora en la mente y el corazón de las nuevas generaciones.

Queremos compartir estas preocupaciones con los y dirigentes sociales y políticos y todos aquellos, en s fin, que perciben esta hora como un llamado a la responsabilidad de crear un mundo mejor.

La intención del documento

La educación ha sido ya tema específico de numerosos documentos eclesiales, entre los cuales deben destacarse; la encíclica "Divine íllius Magistri", la declaración conciliar "Gravissimum educationis momentum", los documentos de Medellín (Nº 4: Educación) el documento de Puebla (1012-1062), "La escuela católica", "El laico católico, testigo de la fe en la escuela", "Iglesia y Comunidad Nacional" y diversas declaraciones del Episcopado argentino y de la Comisión episcopal de educación. Tales textos - que suponemos conocidos - constituyen el basamento doctrinal de este nuevo documento, cuyo objeto no es repetir sus enseñanzas y directivas sino desarrollarlas con cierto grado de detenimiento, dentro del marco referencial de la realidad argentina contemporánea.

A tal fin, nos proponemos:

a. Definir, en primer lugar, con claridad y firmeza, nuestra concepción de la educación y señalar sus caracteres distintivos, frente a otras concepciones basadas en ideologías claramente antipersonalistas, materialistas, hedonistas o suficientemente ambiguas como para generar serios desvíos en la tarea educativa. 

b. En segundo lugar nos proponemos ordenar y desarrollar los principios ético-jurídicos aplicables a la escuela y al sistema educativo, enfocados desde el ángulo del derecho natural y del derecho constitucional argentino.

c. Finalmente, nos proponemos estudiar también la misión educativa de la Iglesia en su conjunto, desde el ángulo específicamente pastoral, y a modo de anticipo del proyecto educativo-pastoral del Episcopado, que, a su vez, habrá de servir de marco referencial e ideario básico de los proyectos particulares de las diversas comunidades educativas católicas de nuestro país (Cf. DP. 1050).


Parte I. El Quehacer Educativo.
Capítulo I : La Verdad sobre el Hombre, Imagen Directriz de la Educación.

1. Imagen del hombre y educación

La tarea de educar, como empeño de ayudar al hombre a lograr su plenitud, ha de partir de una adecuada concepción del hombre como persona en comunidad de personas. DP.

Esa imagen del hombre no puede considerarse cabal si no conlleva el sentido de la vida, el por qué y el para que del existir. Tan sólo entonces el hombre percibirá la prioridad del hacerse sobre el hacer. La tarea nuclear de la educación consiste pues en perfilar, proponer y motivar esa concepción del hombre de modo que tales convicciones básicas resulten para los educandos la "imagen conductora" de su accionar en todo momento de la vida.

2. El hombre, proyecto de vida

El hombre no sólo es el único ser de la tierra capaz de proyectos, sino que él mismo es proyecto, no ya solamente por su innata programación genética, sino también por la riqueza de su espíritu encarnado que tiende a desplegar sus virtualidades. A ese proyecto básico, ínsito por Dios en la naturaleza del ser humano nos referimos al decir que el hombre es un proyecto dinámico. Vivir humanamente es el resultado de un armónico desarrollo integral e integrado del triple nivel que caracteriza al hombre: el nivel vegetativo, el perceptivo-motor del vivir animal y el nivel de la vida propia del espíritu que penetra la esencia de las cosas, razona, decide y ama, crea el mundo de la ciencia, de la técnica, del arte, descubre la vocación moral (Cf. GS. El hombre se percibe a sí mismo como un ser "llamado a elegir un proyecto de vida en conformidad con su propio ser". Concebimos la educación como la tarea personal y comunitaria de llevar a cabo ese proyecto de vida, es decir, capacitarse para autoconducir y perfeccionar la vida conforme con las exigencias profundas del propio ser y de las llamadas realistas de la hora que le toca vivir.

Proyecto de vida no son pues, las ocurrencias antojadizas con que llenamos el tiempo de la vida, sino la orientación organizada de los esfuerzos para dar vida a la vida. El dinamismo a que aludimos es esa actividad interiorque consiste en tomar conciencia de la realidad, buscar la verdad, reflexionar, elaborar experiencia, brindar amor profundo, crear orden y belleza, meditar, contemplar.

Pero la imagen del hombre a partir de la cual la educación cristiana despliega su quehacer, es una imagen infinitamente más dilatada y profunda. La imagen del hombre cristiano resulta una imagen maravillosa, misteriosa, con insondables consecuencias para la existencia.

3. Cuadro de situación del hombre

Junto con esa concepción del hombre que nos señala metas para orientarlo hacia su plenitud, nos encontramos con el cuadro de la situación del hombre como punto de partida desde el cual tenemos que organizar las acciones educativas. El Concilio Vatic ano II al proclamar la íntima unión de la Iglesia con la familia humana universal y la solidaridad con los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, traza en su exposición preliminar ese cuadro de situación del hombre en el mundo de hoy (Cf. GS. De una concepción estática de la sociedad, la vida y la historia, a un enfoque dinámico, problematizante, deseoso de intervención transformadora de todo lo dado y preocupada prospectivamente para forjar un futuro mejor. También merecen ser valoradas y rescatadas, en su riqueza potencial, la mayor gravitación de la juventud y la mayor presencia de la mujer en todas las manifestaciones de la vida social, política y laboral.

En esta perspectiva comprobamos que entre las naciones de Latinoamérica se afianza cada vez más un deseo de mayor solidaridad frente a problemas comunes que constituyen un verdadero desafío:

- La urgente necesidad de sana autonomía en la vida económica, política y social para superar el "neocolonialismo" y las condiciones opresoras que no permiten superar la situación de dependencia.

La educación no puede ignorar esta realidad compleja y desafiante, pues le compete a ella formar hombres capaces de asumirla y conducirla, con atención constante a los signos de los tiempos. Y siempre será prioritario atender al desarrollo integral del hombre que será el mejor modo de proveer hombres para el desarrollo.

4. El hombre en diálogo con su realidad: la educación permanente

La educación exige fidelidad al hombre concreto y debe considerarlo en todo momento como un ser en diálogo con su cambiante realidad individual y social. Dado que el hombre va gestando su personalidad en ese diálogo con su vida, su circunstancia, su edad, su historia, su prospectiva del futuro, muchos se plantean la educación en términos de mero equilibrio y adaptación, renunciando a concebir al hombre como un ser en tensión permanente, llamado a trascenderse hacia valores perennes. Otros le proponen una constante actualización para poder vivir acorde con un mundo nuevo de transformaciones aceleradas y como meta de la educación, el "aprender a aprender". Pero no se le puede proponer al hombre como fin último de la educación un proceso de aprendizaje indefinido por sí mismo. Pero el parámetro definitivo lo constituirá el "aprender a ser".

Educación permanente será entonces capacitar al hombre para emerger como persona en cada una de sus respuestas a la vida. Será la educación de lo permanente del hombre, sus constitutivos esenciales; para lo permanente del hombre, su vocación trascendente. La educación permanente implica ciertas actitudes frente a la vida y ciertas tareas constantes propias de ese continuo desarrollo que caracteriza al hombre y que han de ejercerse desde el nacer hasta el morir: apertura y humilde disposición de aprendizaje constante; esfuerzo personal y comunitario concreto para superar la ley del menor esfuerzo y asumir creativamente el compromiso con la vida; intercambiar experiencias enriquecedoras; transformar toda comunidad y todo espacio en comunidad y espacio educativos; transformar toda novedad en situación de aprendizaje (cada edad de la vida, cada etapa, condición o particular circunstancia, cada ámbito de acción); elaboración permanente de experiencia; constante cotejo crítico a partir del proyecto de vida elegido. No consideramos la educación permanente como un mero sinónimo de educación continua, educación de postgrado, educación de adultos, educación popular, la totalidad del sistema educativo, actualización, ampliación de la cultura personal. Este concepto nos exige un verdadero cambio educativo: la misma educación inicial ha de ser la mejor base para una educación permanente.

miércoles, 9 de mayo de 2012

TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA EN MÉXICO



TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA EN MÉXICO 

El Constituyente de 1917 estableció en el artículo tercero de la Carta Magna el derecho de todos los mexicanos a recibir educación por parte del Estado. La educación pública en México, además de ser gratuita y laica, ha tenido como aspiración preparar a las personas para enfrentar la vida en libertad, partiendo del valor cívico de la responsabilidad, y desarrollando a plenitud las facultades humanas. 

Entonces, como ahora, corresponde al Estado, junto con la sociedad, trabajar para que se cumpla esa meta. 

Hacia el último cuarto del siglo XX era evidente que el sistema nacional de educación estaba cerca de alcanzar una cobertura educativa de primaria para casi todos los mexicanos. Las décadas que siguen a la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos atestiguan el esfuerzo del Estado posrevolucionario y de la sociedad por construir un sistema nacional de educación que lograra proveer de este servicio a todos los mexicanos. 

En 2006, 1.7 millones de maestros brindaron servicios de educación a 32.3 millones de niños y jóvenes en 238 mil escuelas. El sistema extraescolar atendió a 3.7 millones de personas en educación inicial, formación para adultos y servicios semi-escolarizados y abiertos. 

El sistema educativo nacional tiene una enorme complejidad, y sus alcances y límites sólo pueden entenderse mediante un conjunto amplio de indicadores. 

Ciertamente, se han registrado importantes avances en materia educativa durante los últimos años. Se ha conseguido una cobertura cercana a 100% en educación primaria, y una tasa importante de expansión en secundaria, media superior y superior. Además, se ha fortalecido el sistema educativo a partir de cambios institucionales importantes como la introducción de la Carrera Magisterial en educación básica y los Consejos de Participación Social en las escuelas. 

Es necesario evaluar y fortalecer éstos y otros instrumentos y políticas de educación, pues los elementos principales de una reforma educativa a plenitud están aún por dar sus resultados más significativos. 

Aún persisten rezagos de consideración en el sistema educativo nacional. Los más importantes son la falta de oportunidades de gran parte de la población para acceder a una educación de calidad, y a los avances en materia de tecnología e información. Otro reto ligado al anterior es superar la desvinculación entre la educación media superior y superior y el sistema productivo. 

El rezago en educación básica se estima en más de 30 millones de personas de más de 15 años que no concluyeron, o que nunca cursaron, la primaria o la secundaria. De ellos, la mitad son jóvenes de entre 15 y 35 años. Actualmente los años de escolaridad promedio de las personas entre 15 y 24 años es de 9.7. 

Nos proponemos alcanzar al final del sexenio un promedio de 12.5 años. El nivel nacional de analfabetismo es de 7.7%, aunque con notables variaciones entre los estados de la República. 

La infraestructura educativa también presenta atrasos y desigualdades entre los distintos niveles. Por ejemplo, sólo poco más de la mitad de los planteles de secundaria se encuentra en nivel óptimo; en primaria, 14% de las escuelas presentan cuarteaduras en sus edificaciones. Las telesecundarias se encuentran en condiciones poco operativas: menos de cuatro de cada diez cuentan con salón de cómputo y biblioteca, y la proporción de escuelas que tienen laboratorios de física, química y biología es todavía menor. 

El sistema de educación indígena presenta severas deficiencias en la calidad de los servicios, que se traducen en bajos niveles de eficiencia terminal y resultados claramente inferiores a los promedios nacionales. Las dificultades que se presentan en el sector tienen que ver con la escasez de maestros bilingües, la presencia de alumnos que hablan diferentes lenguas en un mismo grupo, así como con el aislamiento y la marginación de las comunidades donde habitan. 

Un problema adicional, que apenas comienza a ser atendido, es la educación de niños y jóvenes indígenas que han emigrado con sus familias, por razones económicas, a estados donde antes prácticamente no existía población indígena.

LOS JÓVENES SABEN MÁS QUE LOS MAESTROS


Nicholas Burbules, doctor en Filosofía de la Educación de la Universidad de Stanford, afirma que atravesamos un momento histórico único porque “hoy los jóvenes saben más que los docentes sobre las tecnologías de la comunicación”. Y va más allá: “Si los profesores midieran la cantidad de horas que los jóvenes pasan trabajando en sus blogs, deberían preguntarse si ellos pueden reunir tanta energía y volcarla en una actividad de aprendizaje”. El desafío de los educadores, resume, es tomar esa creatividad y usarla para sus propuestas. 

Provocador, este profesor del Departamento de Estudios sobre Política Educacional de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, se preguntó, durante una visita a la Argentina, si tiene sentido comprar miles de computadoras para las escuelas, cuando la tecnología que eligen los jóvenes es la de los celulares. Sostiene que allí hay un "potencial educativo que no está siendo utilizado." 

Describe a la tecnología como ubicua. "Se encuentra en todas partes: tiendas, colegios, bibliotecas, casas; siempre está con la gente." Afirma que necesitamos entender la curiosidad de la gente joven y ayudarla a comprender sus elecciones y las consecuencias que ellas tienen. 

Burbules es autor de numerosas obras, entre ellas se destaca Educación: riesgos y promesas de las tecnologías de la información (en colaboración con Thomas Callister). 

Se le cuestionó: 

¿Cuáles son los riesgos a los que nos exponen las nuevas tecnologías de la comunicación? 

-Estamos sometidos a un sistema de vigilancia cada vez mayor. Muchos jóvenes utilizan Internet para subir información personal. Posiblemente, no piensan en lo que puede suceder años después. Es riesgoso. Hay mucha gente que está todo el tiempo buscando esa información en la Web. Es común en Estados Unidos que, cuando una persona se postula para un trabajo o para ingresar en la universidad, los responsables de definir su ingreso googleen su nombre buscando los antecedentes y utilicen esa información para tomar la decisión. Es información pública y piensan que tienen derecho a utilizarla, pero tal vez fue puesta en la Red varios años atrás. 

¿Se están formando docentes capaces de introducir las nuevas tecnologías? 

-Estamos en un momento histórico único, en el que los alumnos saben más que los docentes. Entonces, el profesor tiene que establecer una nueva manera de relacionarse, porque el alumno puede ayudarlo a enseñar. Si los profesores prestan atención, pueden entender lo que al estudiante le interesa y comprender lo que está haciendo. La tecnología debe ser simplemente una parte de la tarea de enseñar. Si esto sucede, los docentes no se van a preguntar cómo deben utilizar una computadora. Simplemente interactuarán con su área de conocimiento

LA EDUCACIÓN EN MÉXICO COMO PROCESO SOCIAL


LA EDUCACIÓN EN MÉXICO COMO PROCESO SOCIAL

En las primeras tres décadas de vida independiente la educación sirvió de instrumento al grupo en el poder para formar al futuro ciudadano de acuerdo a los ideales de los gobernantes en turno. Cada dirigente le imprimió las características que a su juicio creyeron que era lo mejor y como el país se debatía entre liberales y conservadores la educación se sometió a estos ires y venires. A pesar de esta inestabilidad hay algo importante que es necesario resaltar: ambos grupos políticos daban a la educación la responsabilidad de “sacar” al país del atraso y estado de ignorancia en que se encontraba.

Ser estudiante en el siglo pasado era en nuestro país un verdadero privilegio y se pensaba que era suficiente saber leer y escribir, realizar las operaciones fundamentales, agregándose conocimientos sobre Catecismo cívico y religioso y una introducción a la historia patria.

Dichos estudios fueron una mezcla de ciencia, religión y moral a través de un riguroso método memorístico pretendiendo siempre el enciclopedismo.

La educación buscó fomentar el amor a la patria y una conciencia de nacionalidad para contribuir a la defensa del territorio, como consecuencia de la realidad del momento. Se pretendió formar un hombre para la vida en libertad.

La educación recibió el impacto del liberalismo y a partir de Juárez el positivismo, el cual vino a ser la filosofía de Estado en el Porfiriato. Resulta curioso como Juárez liberal, adopta para organizar la educación nacional la filosofía positivista bajo la dirección de Gabino Barreda.

Podemos afirmar que en la época porfirista la educación superior se distingue por ser elitista y enciclopédica con tendencia a la perfección en cuanto a la práctica de la profesión.

Es a consecuencia de la Revolución Mexicana que la educación va a recibir un cambio que se venía sintiendo en la última década del porfiriato. Ya a principios del presente siglo jóvenes intelectuales habían fundado el Ateneo como búsqueda de un nuevo cauce por donde encaminar el pensamiento y romper con el estatismo y frialdad del positivismo decimonónico.

Es precisamente uno de los fundadores del Ateneo, José Vasconcelos, quien va a darle vida al nuevo estilo educativo. Le inyecta un sentido nacionalista, panamericano, humanista inspirado en el pensamiento grecolatino, cristiano junto con el pasado español e indígena. Ve en la fusión de estos dos grupos la base para la creación de lo que según él formaría parte de la Raza Cósmica. Encuentra en el mestizaje nuestra realidad por la que había que ir al rescate de lo rescatable de nuestro pasado y, actualizado, aplicarlo a la realidad de ese nuevo México. En este marco de ideas es que aparece el lema “Por mi raza hablará el espíritu”. No era necesario buscar en otros países las soluciones a nuestros problemas, había que recurrir a nuestro pasado en forma inteligente.



El vasconcelismo logró adoptar una escuela en concordancia con la Revolución Mexicana. Se iniciaba la reconstrucción de México con una educación revolucionaria que unía el pensar con el hacer.

Aspecto por demás interesante es el sexenio cardenista y la educación socialista. Proyecto educativo implementado por Plutarco Elías Calles, “Jefe Máximo de la Revolución”, quien organiza una plataforma política con el fin de trazar un Plan Sexenal, el cual contempla el nuevo giro que se le dará a la educación.

Cárdenas hace suya la problemática educativa, acepta la versión socialista del artículo 3°, le imprime su estilo populista y la utiliza como control político de las masas campesinas.

Según el prestigiado maestro de aquélla época Don Rafael Ramírez las finalidades de la escuela socialista era política, económica, social, racionalista y cultural. Afirmaba que la escuela debería imprimírsele cierta orientación o tendencia para alcanzar los fines señalados por lo que proponía que fuera tendenciosamente racionalista, igualitaria, desfanatizante, proletaria progresiva, funcional y activa “queriendo indicar con esto último que la enseñanza debe arrancar de las necesidades y conducir a la satisfacción de las mismas y en donde se aprendan las cosas haciéndolas, para que sean ellos mismos... los agentes de su propia educación”. (Guevara, 1985: 143)

Explica que la escuela socialista en Rusia se inspira en los “centros de interés” teniendo como modelo la siguiente trilogía: naturaleza, trabajo y sociedad. Cree que para las condiciones de México lo apropiado sería integrar el programa de educación primaria “por diferentes materias de enseñanza”, dándole un nuevo enfoque en especial a la historia, la cual deberá fundamentarse en un criterio materialista que permita al estudiante comprender que los “acontecimientos históricos obedecen fundamentalmente a causas de orden económico”. (Guevara, 1985: 146)



La Educación Socialista podemos considerarla como un “experimento” que se sintió especialmente en el campo, sacudió las conciencias, sirvió de enlace entre pueblo y gobierno facilitando la implantación de los proyectos oficiales, cometió errores o excesos que terminaron en enfrentamientos. Lo que más llama la atención es el pretender establecer una escuela socialista en una sociedad capitalista. Verdadera contradicción, sobre todo si se acepta que la sociedad hace a la escuela y no a la inversa.

La presencia del Dr. Jaime Torres Bodet en la SEP en los sexenios de Ávila Camacho y López Mateos va a imprimirle un nuevo sello a la educación. En la primera gestión promueve la modificación del artículo 3° y en términos generales a él se debe la actual redacción y en el gobierno de López Mateos su obra comprende múltiples aspectos.

En el terreno pedagógico, según Álvarez Barret, los fines de la escuela primaria en ese entonces eran 1.- educación del niño física, moral e intelectual; 2.- mejoramiento de la comunidad y 3.- transmisión de la herencia cultural. En cuanto a la metodología señala diferentes formas de enseñanza; a unos los llama métodos lógicos que propician la búsqueda del conocimiento mediante la investigación; otros, los didácticos, encargados de la transmisión de conocimientos: analítico, sintético, inductivo y deductivo. Afirma que la esencia y principal misión de cualquier método didáctico “es motivar al niño”. (Meneses, 1988: 477) Este didactismo propició la formación de un maestro de normal enmarcado en una tarea artesanal y mecanicista según el investigador Carlos Muñoz Izquierdo.

En este periodo se propone el “método de globalización de la enseñanza”, fundamentado en las peculiaridades del desarrollo infantil (sincretismo). “Este procedimiento o método de unidad de pensamiento y acción se llama: métodos de los centros de interés”, lo que hacía que los programas de 1961 se integrara “por una selección de centros de interés cuyas divisiones no son materias o asignaturas sino grupos de interés vitales ligados entre sí”. (Meneses, 1988: 478)

Por último este influyente pensador critica el “verbalismo” y el afán “libresco”, afirmando que el primero es problema de todas las épocas y el segundo es un valioso auxiliar que debe ser utilizado inteligentemente.



En esta breve revisión del desarrollo educativo del país se distinguen etapas con problemas propios que afectaron y determinaron los alcances de la educación. Encontramos figuras destacadas por sus propuestas revolucionarias en cuanto a la educación: José María Luis Mora, Gabino Barreda, Justo Sierra, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, pensadores que no solo caracterizaron una época sino que imprimieron su sello en la vida de las instituciones y de los mexicanos.

El papel de la sociedad en la educación de un país es de vital importancia para una educación de excelencia. Es de primera necesidad que los padres de familia se interesen en la educación de sus hijos, pero de una forma coordinada con los encargados de impartir el conocimiento en los planteles públicos de educación.

Las relaciones entre los padres de familia y los maestros se han deteriorado de un tiempo a la fecha. Esto puede ser el efecto de muchas y variadas causas, entre las que podemos destacar la difícil situación económica en la que vive el país desde hace más de veinticinco años. En esta época pareciera que los maestros y lo padres de familia estuvieran enfrentados y que no tuvieran un fin en común. La educación de todo un país. Los padres han modificado la manera de preocuparse por la educación de sus hijos.

Anteriormente el padre de familia presionaba a su hijo a estudiar en la casa, se preocupaba por que cumpliera con sus compromisos escolares e inculcaba respeto por la figura del maestro. Ahora parece lo contrario. Se preocupan mas por la forma que el maestro cumple con su función que ver a sus hijos realizar la tarea, se molestan por las cuotas que solicitan los maestros sin darse cuenta que todo ese dinero se utiliza en beneficio de sus hijos; en esto claro hay sus excepciones muy lamentables, pero no se puede juzgar a todo el magisterio por unas cuantas manzanas podridas.

Es necesario que la sociedad retome su verdadero papel, preocuparse por sus propios hijos en su casa. Educarlos en la verdad y el respeto por sus maestros y no devaluar la imagen de los educadores frente a sus hijos. Es necesario que padres y maestros luchen unidos por el bien de los niños y, en consecuencia, del país. El mundo del futuro seria de los pueblos mejor educados y aun estamos a tiempo de ser parte de ese futuro con un papel estelar. No se llega a ningún lado jalando la cuerda hacia ambos lados, es necesario que jalemos todos con el mismo rumbo y de forma coordinada. Es necesario que se delimite la responsabilidad de la educación.

Los maestros son responsables en las aulas y los padres son responsables en la casa. En mi opinión, la responsabilidad mayor es la de los padres, pues son el contacto primario de sus hijos con la educación. Además, los niños pasan más tiempo en casa que en la escuela. Los padres deberían preocuparse mas de como gastan el tiempo sus hijos en casa viendo televisión o jugando videojuegos, que de como trata de educarlos el maestro. Y la responsabilidad del maestro es permanecer constantemente actualizado para brindar una educación de calidad como requiere el país. Una educación que fomente el libre pensamiento, el respeto por las personas y las instituciones, el gusto por la lectura y el amor por México y todo lo que representa el país. El maestro tiene la responsabilidad de ser congruente con lo que enseña y su forma de comportarse, a fin de dar un muy buen ejemplo. En fin, es necesario que nos pongamos la camiseta del país para poder salir adelante. Uniendo esfuerzos por el mejor futuro de nuestro futuro: Los niños de México.